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Josefina Ludmer. Una biografía


Nació  y se crió en San Francisco, provincia de Córdoba; una ciudad pujante de la pampa gringa donde su padre era médico y también director del Centro Cultural y Biblioteca Popular (su madre, farmacéutica, la convenció de que la independencia económica era una de las metas femeninas). A los 11 años su padre la llevó a una conferencia de Borges sobre Platón.


A partir de ese momento, cada periodo de su vida es una era política de la Argentina, un lugar diferente para vivir, un tipo de enseñanza, y un libro. Su vida está marcada por los desplazamientos y migraciones: de San Francisco a Rosario, a Buenos Aires, a los Estados Unidos, y vuelta a Buenos Aires. También está marcada por democracias, golpes y dictaduras. Y por la escritura de sus libros, que van del análisis de un texto a la obra de un autor, a un género literario, a una red de muchos cuentos, y de allí al mundo de hoy.


Fue a la universidad en Rosario, donde se habían graduado sus padres y vivían muchos de sus tíos; eran los años ‘60 y la Edad de Oro de la Facultad de Filosofía y Letras. Tuvo allí la mejor formación que se podía tener entonces en la Argentina, con maestros como Tulio Halperín, Ramón Alcalde y David Viñas, cuyos seminarios sobre el 80 y Lugones fueron decisivos. En el segundo año de la Facultad empezó a trabajar como ayudante de cátedra.


En 1966, después del golpe de Onganía y de la renuncia masiva a la Universidad, se instaló en Buenos Aires y se conectó con las editoriales nacionales haciendo traducciones y leyendo manuscritos. La Buenos Aires de los ‘60 fue también importante en su formación: la librería Galatea y el Bajo, el cine Loraine y Corrientes, la clínica de Fontana y el ácido lisérgico, el boom latinoamericano, Primera Plana, el Di Tella, y los grupos de estudio.


En 1972  sale su primer libro: Cien años de soledad: una interpretación.


En 1973 enseñó en la universidad montonera como JTP de la cátedra de Literatura latinoamericana de Noé Jitrik; los estudiantes la llamaban “compañera profesora”. Eso duró dos semestres.


En 1977 apareció Onetti. Los procesos de construcción del relato.


Durante la dictadura 1976-1983 formó parte de la Universidad de las catacumbas: daba clases de teoría literaria en su casa. Los grupos fuera de la Universidad eran pura pasión. En esos años viajó varias veces a los Estados Unidos como visiting professor.


En 1983, con la democracia, volvió a la Universidad; en el primer seminario de Teoría literaria había 700 estudiantes.


En 1988 apareció El género gauchesco. Un tratado sobre la patria.


En 1991 se fue a enseñar a Yale y escribió El cuerpo del delito. Un manual, un ejercicio con la biblioteca que apareció en 1999.


En 2005 volvió a la Argentina como Emérita de Yale y empezó a enseñar en el Posgrado de Ciencias Sociales de la UBA.


En 2010 la UBA le da un doctorado Honoris causa, aparece su último libro Aquí América latina. Una especulación y se abre este sitio web.